BIBLIOTágora el blog de Biblioteconomía y Documentación, en el que no se habla de Biblioteconomía y Documentación… sólo: "El ruido de las carcajadas pasa. La fuerza de los razonamientos queda"

29 desembre 2010

Iglesia y familia en la España Moderna

Filed under: Sociedad — Etiquetes: — anpoto @ 2:45 am

 

 

La Iglesia española del Antiguo Régimen, sobre todo el clero secular, nunca perdió de vista sus lazos familiares. Por un lado, la familia era fundamental para acceder al estamento eclesiástico dado la importancia de las capellanías, y para ascender a muchos beneficios. Por otro, los clérigos siempre apoyaron y promovieron en la medida de sus posibilidades a los miembros de su parentela.

“Fuera del mundo y por encima de sus fieles”. Estas palabras, con las cuales Jean Delumeau definió los objetivos últimos de la Reforma Católica en lo que se refería al modelo de comportamiento eclesiástico a alcanzar, resultaron más un ideal de imposible cumplimiento antes que una realidad constatada. Y ello a pesar de que toda una batería de modelos hagiográficos presentaban modelos individuales de clérigos que ya desde sus primeros años habían roto con todos los lazos familiares en aras de obtener un nivel de perfección espiritual que les encaminara a la salvación de su alma.

Pero ello era, sencillamente, imposible, habida cuenta de la intrincada maraña de intereses, relaciones, lazos, clientelas, y parentescos que se entrecruzaban en el organigrama interno de la Iglesia durante el Antiguo Régimen, comenzando por la propia curia romana. Es muy sintomático el ejemplo de los Borghese, que de juristas y oficiales urbanos se convirtieron en una típica familia de terratenientes nobiliarios en tan sólo dos generaciones, siendo la clave de este proceso la llegada al papado de Paulo V (Camilo Borghese) en 1605, que recompensaría a su linaje con todo lo que el sistema de patronazgo podía proporcionar: los sirvientes de su familia llevaban las armas de las tropas papales y fueron exentos de impuestos, sus vasallos no podían ser juzgados por tribunales ordinarios salvo en caso de herejía y ofensas capitales, la familia compró numerosas tierras en torno a Roma, y el cardenal Borghese se hizo con una buena colección libraria. A través del nepotismo, los enormes recursos de los Estados Pontificios constituyeron un patrimonio parcialmente redistribuido entre varios linajes a través de exención de impuestos, acumulación de beneficios, regalos y acceso a cargos. Por Arturo Morgado García (Universidad de Cádiz)

(Acceso al texto completo)

28 desembre 2010

Las pensiones, ¿inviables?

Filed under: Sociedad — anpoto @ 0:53 am


Vicenç Navarro – Comité Científico de ATTAC España
| Hace 40 años, el 18% de los españoles adultos trabajaba en la agricultura. Hoy, sólo el 2% trabaja en la agricultura y produce incluso más que lo que producía 40 años atrás el 18% de la población en edad de trabajar. Dicho en otras palabras: un trabajador produce hoy más alimento de lo que producían antes nueve trabajadores, y ello como consecuencia de un enorme crecimiento de la productividad del trabajador agrícola. Con base en estos datos, se puede ver lo absurdo que habría sido si hace 40 años cien economistas hubieran alarmado a la población indicando que, como consecuencia de que los trabajadores estaban dejando el campo, habría menos producción de alimentos, y al cabo de 40 años la gente en España se moriría de hambre. Su desatención al impacto que el crecimiento de la productividad tiene en la cantidad de alimentos producidos explicaría el ridículo de su pronóstico.

Pues bien, por muy ridículo que parezca, esto es lo que está ocurriendo ahora, con grandes cajas de resonancia mediática disponibles para promover este mensaje. La única diferencia es que, en lugar de alimento, ahora se habla de pensiones. FEDEA, la fundación más importante del capital financiero (banca y cajas de ahorros) en España, acaba de patrocinar un manifiesto, firmado por cien economistas, que utiliza el mismo argumento: “La ratio entre la población en edad de trabajar y la población mayor de 65 años pasará de cuatro en la actualidad a 1,65 en 2050”, de lo cual deriva que el sistema de pensiones públicas no es sostenible. Este argumento ignora que, más importante que la relación población adulta versus ancianos, es el número de trabajadores por pensionista y su productividad. Pues bien, el número de trabajadores por pensionista pasará de 2,24 ahora a 1,15 en 2050 (una reducción de menos de la mitad), pero, lo que es más importante, es que en 2050 cada trabajador producirá mucho más del doble de lo que produce un trabajador ahora, con lo cual podrá sostener más del doble de pensionistas que ahora.

El mismo error aparece cuando el manifiesto neoliberal alarma a la población indicando que ahora nos gastamos el 9% del PIB en pensiones y dentro de 40 años nos gastaremos el 15%, lo cual, concluyen, es insostenible en una sociedad que tiene recursos limitados. (Por cierto, Italia ya se gasta ahora el 14% del PIB en pensiones públicas, y el sistema no se ha colapsado). De nuevo, el manifiesto asume que la productividad apenas variará, lo cual es un error.

Si la productividad creciera un 1,5% por año, que es el promedio de crecimiento en los últimos 40 años, el PIB de España en 2050 sería 2,25 veces mayor que ahora (en monedas constantes, es decir, que la capacidad adquisitiva real habrá más que doblado la actual). En otras palabras, si ahora el PIB es, por ejemplo, 100, en 2060 sería 225. Pues bien, en pensiones nos gastamos ahora nueve puntos, dejando para los no pensionistas 91 puntos. Y ,en 2050, nos gastaremos el 15% de 225, es decir, 33 puntos en pensiones, quedando para los no pensionistas 192 puntos, muchos más que los 91 actuales. En realidad, hace 40 años nos gastábamos el 3% del PIB en pensiones, y ahora nos gastamos el 9%. Hemos triplicado el gasto en pensiones y, sin embargo, los recursos para los no pensionistas también han aumentado, pues el tamaño de la tarta es mucho mayor ahora que hace cuatro décadas.

Que no haya problemas graves en las pensiones públicas no quiere decir que no deban hacerse reformas, pero estas no debieran ir en el sentido de reducir las pensiones. Una medida aconsejable para aumentar los fondos a la Seguridad Social y mejorar las pensiones (que son demasiado bajas) es facilitar la participación de las mujeres en el mercado de trabajo. En España, el porcentaje de la población que trabaja es más bajo de lo que le corresponde por el nivel de riqueza que tiene. Y en parte se debe a dos factores. Uno es el bajo porcentaje de la población adulta que trabaja en empleo público (el 10%, uno de los más bajos de la UE-15, cuyo promedio es del 15%). En contra de lo que se dice, el sector público (y, muy en particular, en los servicios públicos del Estado del bienestar, tales como sanidad, escuelas de infancia, educación, servicios sociales, vivienda social, entre otros) está poco desarrollado y tiene escaso personal, y ello se traduce en el bajo porcentaje de la población que trabaja en él.

El otro factor es el de la baja participación de la mujer en el mercado de trabajo (52%). Si España tuviera el porcentaje de Suecia, habría 2,8 millones más de trabajadoras pagando impuestos y cotizaciones sociales. Para ello se debiera expandir el cuarto pilar del bienestar, de modo que se incluya el derecho de acceso a las escuelas de infancia (que deberían ser mucho más que guarderías, aparcamientos para niños), además de los servicios domiciliarios a personas con dependencias. Y, naturalmente, hacer al hombre corresponsable de las obligaciones familiares. Y sobre todo, invertir en infantes y jóvenes, pues ellos son los futuros cotizantes que financiarán las pensiones del futuro.

Deberían también corregirse las inequidades existentes en la financiación de las pensiones. Es injusto que Emilio Botín, el banquero más rico de la UE, pague a la Seguridad Social un porcentaje mucho menor que un empleado de su banco. Como también es injusto que una persona trabajadora no cualificada (que vive 10 años menos que un burgués), tenga ahora que trabajar dos años más para pagarle las pensiones al burgués (que le sobrevivirá 10 años). En realidad, el incremento de la edad de vida se ha concentrado en los últimos 40 años en las rentas superiores, sin que apenas se haya notado en las rentas inferiores. Predeciblemente, ninguno de estos temas aparece en el manifiesto de los cien.

26 desembre 2010

¿Felices navidades, pascuas o fiestas? ¡¿Cómo?!

Filed under: Sociedad — anpoto @ 17:25 pm

 

21 desembre 2010

Feminicidio en Juárez: cerca de la verdad

Filed under: Violencia contra la mujer — anpoto @ 9:51 am


Santiago Gallur Santorum
/ Sexta y última parte

Una cruda realidad. Los medios de comunicación ubicaron 1993 como referencia de los feminicidios. Olvidaron que, en 1989, ellos mismos habían publicado notas muy parecidas entre sí sobre asesinatos de mujeres en Juárez. Sin embargo, ni siquiera esta fecha sirve de aproximación para acercarnos a los asesinatos de mujeres de forma masiva, ya que la única referencia que hay es la de los medios que únicamente informan algo cuando lo consideran consumible por el público, lo cual no quiere decir que esto no haya ocurrido antes, sólo que no era un tema atractivo para la gente. ¿Por qué? Porque las autoridades no investigaban ese tipo de sucesos, pues no eran considerados delitos, ni a la gente le importaban, porque los hombres eran los importantes.

Parte del siglo XX, México vivió un periodo de estancamiento político que provocó que determinados desarrollos sociales de otras partes del mundo ni si quiera fueran imaginados en este país. Y mientras se desarrollaba la idea de la veneración a la madre y el cortejo romántico a la novia, mujer o pareja, las novias, mujeres, parejas, hijas, hermanas, primas, amigas y amantes de otros eran aniquiladas de forma aterradora. Quedan incluso resquicios en las leyes de algunos estados de la república en los que un hombre puede asesinar legalmente a su mujer si ella le es infiel. Son los llamados crímenes de honor. El problema es que hay más “vacíos legales” de este tipo, que han contribuido a crear en el imaginario colectivo la idea de que las mujeres son seres prescindibles, cuya vida aún hoy no vale nada o casi nada, dependiendo del poder económico de la víctima y su familia. Es más, una frase popular describe muy bien la situación: “Todas las mujeres son unas putas menos mi madre y mi hermana”. La coherencia está absolutamente ausente en esta afirmación, ya que toda mujer es madre o hermana de alguien. Aun así, conseguimos entrever que, para una mayoría de la población, las mujeres todavía son ciudadanas de segunda, aunque puntualmente se las sitúe en el centro de una rueda de mariachis para demostrarle el amor de un hijo o de una pareja.

Cifras sospechosas
Ciudad Juárez es simplemente la punta del iceberg de algo muchísimo más complejo y delicado. Cuando se hizo público el tema del feminicidio, los medios tardaron poco en establecer comparaciones entre otras localidades y Juárez, afirmando rotundamente, y cientos de veces, que tal lugar superaba en “feminicidios” a la urbe fronteriza. Curiosamente, si uno prestaba atención a estas noticias se daba pronto cuenta de que un gran número de localidades, en las que se empezó a informar de este fenómeno, superaban con mucho el número de asesinatos de mujeres de Juárez que daban como oficial las autoridades. Por lo cual, se vio claramente que la relevancia mediática de la localidad sacó a la luz una problemática muy compleja y macabra que está ocurriendo a lo largo y ancho de todo el país: se asesinan mujeres de forma masiva y con total impunidad.

Si se le pregunta a las autoridades de Chihuahua, e incluso a las federales, dirán que estas cifras se sitúan dentro de la normalidad de los datos de asesinatos de violencia doméstica y de género en todo el país. El problema es que esos datos son falsos y manipulados por las mismas autoridades que investigan los crímenes, que ni siquiera han registrado como categoría legal el término feminicidio, el cual es reclamado como sinónimo de genocidio contra las mujeres por algunas feministas. Sin embargo, detrás de esta terminología, aparentemente sin importancia, se esconden la negligencia y la impunidad con la que operan las autoridades y que permite, por ejemplo, disfrazar el homicidio de una mujer, llevado a cabo con extrema violencia, con muerte natural, como han hecho ya en muchas ocasiones (Casa Amiga Centro de Crisis, Estudio Hemerográfico). Es más, si se comparan los asesinatos de mujeres registrados por las autoridades desde 1993 y los revelados por los medios locales, se puede apreciar fácilmente un importante número de crímenes no registrados por las autoridades y otra cifra igualmente relevante de asesinatos en los que la policía no informó de ellos a los medios, en una clara estrategia para ocultar información a la opinión pública.

Pero las cosas van más allá cuando analizamos el siguiente dato: según las autoridades del estado de Chihuahua, de las cerca de 4 mil 500 mujeres desaparecidas hasta 2008, la administración estatal logró localizar a la mayoría de ellas en tan sólo cuatro o cinco años (Procuraduría General de Justicia del Estado, Homicidios de mujeres en Ciudad Juárez). Lógicamente, tal información es dudosa: si algo así fue posible, estaríamos hablando de una de las policías más eficientes del mundo. El problema es que, en realidad, estamos ante una de las policías con los índices de corrupción más altos, lo cual nos indica no sólo su falta de profesionalidad, sino su facilidad para ser comprada. Así, por una suma de dinero se pueden borrar las huellas de cualquier acto delictivo. Si analizamos esto, nos damos cuenta fácilmente que una parte de la sociedad mexicana consiente, fomenta y protege la corrupción policial cada vez que intentan sobornar a las autoridades.

Más allá de lo aparente
Resulta increíble la conexión del feminicidio de Juárez con el satanismo, narco, corrupción, militares de elite, sicarios, Guerra Sucia, Brigada Blanca, violaciones masivas, guerra de baja intensidad, Escuela de las Américas, machismo, racismo, clasismo y negligencias constantes.

El narco controla, como si de una gran empresa se tratase (cosa que es en realidad), la prostitución, el tráfico de personas, la pederastia, la esclavitud sexual de niños y niñas, e incluso su venta. Lo curioso es que esto se da en las grandes ciudades, desde los barrios más pobres y degradados, hasta los más ricos. Se debe tener en cuenta que las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez eran menores de edad (hasta de siete años), que sufrieron torturas brutales, como: violaciones masivas por ambas vías, amputación de senos o pezones, empalamientos, mordiscos, golpes brutales en distintas zonas, estrangulamiento, apuñalamiento, etcétera. Estos casos son los englobados dentro de la categoría de “feminicidio sexual sistémico” (Monárrez, Feminicidio sexual sistémico en Ciudad Juárez, páginas 89-149). Precisamente aquellos en los que más negligencias se comenten, alrededor de los cuales se fabricaron los chivos expiatorios y los que nunca han sido ni serán resueltos por las autoridades. Aunque no se encuentran todas estas características en todos los crímenes contra menores de edad, sí suelen compartir algunas de estas torturas. Por todo ello, el no querer ver la relación evidente que existe entre la venta de drogas, el tráfico de niñas, la esclavitud sexual de las mismas y su aniquilamiento mediante tortura nos convierte en voluntariamente ciegos al dolor y a la tortura.

Culpables
El intentar analizar un fenómeno como éste implica la necesidad de acercarse desde todas las perspectivas posibles a nuestro objeto de estudio: se hace un análisis de los medios de comunicación, de todos los libros publicados, de los informes, se llevan a cabo entrevistas, es decir, se investiga todo aquello que aporta algo nuevo sobre el tema. El problema es que a veces se pierde la perspectiva y no se ve lo más importante, aquello en lo que el problema que estamos analizando está inmerso: la sociedad. Evidentemente, detrás de algunos de los casos del feminicidio de Ciudad Juárez está involucrado el narco, en connivencia con autoridades y ciertos empresarios y políticos prominentes de la zona. Sin embargo, responsabilizar totalmente al narcotráfico de un fenómeno tan grave no sería honesto, ya que en la sociedad en la que vivimos se esconde la clave para entender el problema en su totalidad. ¿Por qué no se han llevado a cabo investigaciones profesionales sobre el tema? ¿Por qué no se han encarcelado a los verdaderos responsables? ¿Por qué se ha consentido durante más de 16 años la fabricación de pruebas falsas, el ocultamiento de las verdaderas y la creación de chivos expiatorios? ¿Por qué después de todo este tiempo ya no se habla del tema, como si ya estuviese solucionado? Pues por una sencilla razón: ¡a nadie le importa en realidad este problema, porque la mayoría de las víctimas son mujeres, pobres y con rasgos indígenas o mestizos! Una parte de la sociedad es machista, racista y clasista, por lo que si muere una mujer casi no importa; si es indígena no importa nada y si además es pobre, importa todavía menos. Y todo esto, sumado al poder incalculable del narco, a la gran corrupción de la policial y a la creación y fomento en el pasado (por parte de Estados Unidos) de grupos paramilitares entrenados en torturas aplicadas a civiles, hace que la desidia de la población ponga la guinda a la tarta, permitiendo que centenares de sus propias madres, hermanas, hijas, compañeras, amigas y amantes sean asesinadas y torturadas de la peor forma imaginable.

¿Quiénes son los culpables de estos brutales crímenes? En realidad, los culpables, además de los que cometen el crimen, son cada una de las personas que consiente que este sistema machista y racista siga existiendo sin intentar un cambio; cada una de las personas que toleran la violencia cotidiana contra las mujeres; cada una de las personas que ejerce o fomenta la explotación sexual de niñas, niños y mujeres; cada una de las personas que corrompen, con “mordidas”, a la policía; cada una de las personas que aporta dinero al todopoderoso narco a través del consumo de drogas. Los culpables indirectos somos tú y yo, que preferimos seguir con nuestras vidas en vez de intentar detener algo que ya es demasiado grande como para mirar hacia otro lado; tú y yo, que no nos manifestamos día tras día para obligar a las autoridades a que atrapen a los verdaderos asesinos; tú y yo, que intentaremos olvidar este tema mientras no nos toque tan de cerca que ya no podamos evitar implicarnos.

19 desembre 2010

Feminicidios en Juárez: la oligarquía

Filed under: Violencia contra la mujer — anpoto @ 17:39 pm

 

Santiago Gallur SantorumQuinta parte

En 2002, todas las evidencias disponibles hacían pensar a las propias autoridades federales mexicanas que los asesinatos en serie de mujeres se producían en orgías sexuales, en una especie de fraternidad, realizadas por uno o más grupos de asesinos, protegidos por funcionarios de varias corporaciones policiales. A su vez, contarían con la complicidad y el patrocinio de personajes prominentes (con fortunas legales e ilegales procedentes del narcotráfico y el contrabando) con influencia en toda la frontera Norte, incluso en el centro del país. Se trataría, según fuentes federales de seguridad, de seis destacados empresarios de El Paso, Texas, Ciudad Juárez y Tijuana, que promueven, financian y atestiguan cómo los sicarios secuestran, violan, mutilan y asesinan a mujeres. Pero parece que la cosa va más allá, debido a que estos empresarios –dedicados a los negocios de gas, transporte, medios de comunicación, refrescos y establecimientos de ocio, juego y apuestas– tendrían conexión directa con políticos del gobierno de Vicente Fox (González, Huesos en el desierto, página 251).

El 30 de enero de 2002, un agente anónimo del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) declaró a El Heraldo de Chihuahua: “De acuerdo con el Cisen, existen en los estados varios funcionarios involucrados en el narcotráfico: burócratas de los gobiernos estatales, municipales y federales, del Ejército, la Fuerza Aérea y la Marina. Hay funcionarios intocables en las corporaciones, y una investigación oficial sobre ellos desataría problemas imposibles de solventar por el Estado mexicano; el gobierno no les puede pegar porque se pegaría a sí mismo. Y en caso de que se dispusiera a hacerlo, las consecuencias podrían ser más desastrosas que el mismo problema del narcotráfico…” (Piñón, El Heraldo de Chihuahua, “Hay ‘intocables’ coludidos con jefes del narco: Cisen”). En coherencia con esta información, el 5 de febrero de 2002 era asesinado Mario César Escobedo Anaya, de 29 años, abogado de Gustavo González Meza, la Foca, uno de los conductores de autobús acusados de los crímenes del “campo algodonero” en 2001. Los asesinos fueron un grupo de agentes judiciales que formaban un grupo que trabajaba bajo las órdenes de Alejandro Castro Valles, comandante de la Policía Judicial del Estado de Chihuahua, responsable de la captura y posterior tortura de los dos conductores de autobús detenidos en 2001 (el Cerillo y la Foca), acusados de varios feminicidios. El abogado, de 29 años, fue asesinado una semana después de que concediera una entrevista sobre el feminicidio para el programa 20/20 Downtown de la televisión estadunidense ABC (González, Huesos en el desierto, páginas 251-254).

El 9 de febrero de ese mismo año, se celebró una importante boda en Ciudad Juárez que permitió entrever los nexos casi evidentes entre la política y narcotráfico. La novia era Stephanie Korrodi Ordaz, una de las tres hijas de Lino Korrodi Cruz, íntimo amigo del expresidente Vicente Fox y responsable de las aportaciones a la campaña que lo haría presidente. El novio era el hijo de Fernando Baeza Meléndez, exgobernador de Chihuahua, dedicado a la administración de un rancho de cultivo industrial de frutas en Costa Rica, propiedad de la familia del político Carlos Hank González, investigado en Estados Unidos por sus supuestos nexos con el narcotráfico. Asimismo, el 21 de agosto de 1999, Karla Korrodi Ordaz, otra de las hijas de Lino Korrodi, se casó con Valentín Fuentes Téllez, hijo de los Fuentes, una de las familias más importantes de la ciudad (a dicha boda acudiría Vicente Fox como invitado de honor). Pero estas relaciones se estrechan todavía más si tenemos en cuenta que Valeria Korrodi Ordaz, otra de las hijas de Lino, está casada con Genaro Baca Madrid (otro patrocinador de la campaña presidencial de Vicente Fox), hijo de uno de los principales socios de Roberto González Barrera, presidente del consejo de administración del Grupo Financiero Banorte, que es a su vez consuegro y socio de Hank González (sospechoso de narcotráfico) (ibídem, páginas 251-254).

Familias “bien”
Para entender todas estas relaciones familiares y de poder, debemos remontarnos en el tiempo. El 24 de junio de 2000, Narco News publicó que Valeria Korrodi Ordaz concentraba aportaciones de dinero de empresas estadunidenses en una cuenta del Bank of the West en El Paso, transfiriendo posteriormente los recursos a México para cubrir los gastos de la campaña de Vicente Fox en su lucha por la Presidencia, usando para dichas operaciones métodos e instituciones bancarias utilizadas por el narcotráfico para lavar dinero. Asimismo, Valentín Fuentes Téllez, cuñado de Valeria, es familia directa de Pedro Zaragoza Fuentes (amigo de la familia Hank González), a quien se le implicó en el narcotráfico dentro del cártel de Juárez en 1990, atendiendo al Departamento del Tesoro y el Servicio de Aduanas de Estados Unidos. Además, en 1994, el presidente Carlos Salinas de Gortari detuvo una investigación por delitos fiscales, narcotráfico y lavado de dinero contra la familia Zaragoza Fuentes, aunque ya antes había intercedido en su favor Francisco Barrio Terrazas, en esos momentos gobernador de Chihuahua (ibídem, páginas 253-255).

La familia Fuentes tuvo como guardia particular a Carlos Medina, un excomandante del Grupo Antisecuestros de la Policía Judicial que estuvo bajo las órdenes de Francisco Minjárez (éste ya había sido acusado en 1999 de vínculos con el narcotráfico, junto con Alejandro Castro Valles, responsable de la detención de los Rebeldes, el Cerillo y la Foca), el mismo que llevó las investigaciones del feminicidio al principio y que capturó a Abdel Latif Sharif Sharif. Según un exfuncionario de la Subprocuraduría de la Zona Norte de Chihuahua, en las primeras investigaciones sobre los feminicidios de Ciudad Juárez, salieron a la luz nombres de algunos empresarios locales que podrían haber estado involucrados. De todos, sólo se conoció el de Valentín Fuentes Téllez (ibídem).

La familia Zaragoza es muy amplia: algunos de sus miembros son dueños de grandes empresas (lecherías y queserías, gasolineras y una cadena de tiendas de autoservicio) y, además, están emparentados con la familia de los Fuentes, poseedora de empresas comercializadoras de petróleo y derivados. A pesar de la aparente legalidad de esos negocios, un informe del Servicio de Aduanas de Estados Unidos señaló a varios miembros de la familia Fuentes como sospechosos de tráfico de drogas. Asimismo, en 1997, tanto la revista Insight como el documental televisivo de la CBS TV 60 minutes divulgaban varias noticias sobre narcotráfico que involucraban directamente a vehículos que transportaban gas natural de una de las empresas de Tomás Zaragoza. Y si nos remontamos seis años atrás, llegamos al momento en el que Baldomero Fuentes fue sentenciado por un tribunal de Juárez a un año de libertad condicional por posesión de cocaína. Incluso, haciendo referencia a informaciones publicadas por la revista Insight, Baldomero Fuentes sería, junto con Rafael Aguilar Guajardo, uno de los fundadores del cártel de Juárez a finales de la década de 1980, en el reparto realizado por Félix Gallardo. Y siguiendo esta asociación de delitos, según la Asociación de Amigos de Familiares y Desaparecidos de El Paso, entre 1993 y 2003, el cártel de Juárez ha secuestrado a unas 700 personas (Washington, Cosecha de mujeres, páginas 37, 59, 69, 60, 83, 86).

Narcos, políticos y policías
Según la administración de drogas estadunidense y policías federales mexicanos, el cártel de Juárez logró infiltrarse en el Partido de Acción Nacional en Chihuahua a principios de la década de 1990. Al parecer, esta estrategia la inició Amado Carrillo a finales de la década de 1980, aprovechando el hecho de que los electores del Partido Revolucionario Institucional estaban decepcionados. Es más, Tomás Colsa McGregor, joyero y contable de Amado, confesó a agentes federales que Francisco Barrio Terrazas y otros gobernadores habían recibido dinero para proteger al narcotraficante. De este modo, el cártel de Juárez logró fortalecerse durante la administración de Barrio Terrazas. Según Jeffrey Davidow, en su libro El oso y el puercoespín, en esa época agentes del servicio de Aduanas de Estados Unidos en Texas descubrieron droga en un cargamento de verduras vinculado con una empresa exportadora de Vicente Fox en Texas. El que llegaría a ser presidente de México consiguió salir impune puesto que (según investigadores de la aduana estadunidense) el cargamento fue reempaquetado en Estados Unidos (ibídem, páginas 88, 99, 100-103, 195).

En enero de 2004, las autoridades de Chihuahua decidieron realizar pruebas antidopaje a sus agentes: en un año, cerca de 200 dieron positivo (una cuarta parte del cuerpo). Dos de los investigadores que habían sido asignados al caso de las asesinadas en Juárez son dignos de tener en cuenta. Uno de ellos, un fiscal especial, que dio positivo en un examen antidroga, habría cobrado, según investigaciones de la Oficina Federal de Investigación, 100 mil dólares del cártel de Juárez. El otro, habría recibido el cargo de cobrador para distribuir los sobornos del cártel en la Subprocuraduría General de Justicia de la Zona Norte en Juárez (ibídem, página 127).

Ese mismo año, Héctor Lastra Muñoz, jefe del Departamento de Averiguaciones Previas, fue acusado de ser el organizador de una red de prostitución de menores, de al menos seis jovencitas. Las menores declararon que dos hermanos colaboradores de Lastra se encargaban de sacarles fotografías para un catálogo que se le entregaba a clientes que eran importantes empresarios de la ciudad. Según los informes, jefes policiales y prominentes empresarios pagaron por mantener relaciones sexuales con las menores (Segura, El Mexicano, “Lastra, un Andrade, reclutaba a niñas de 14 y 15 años”).

La lista
Por si fuera poco, también en 2004, María López Urbina, fiscal federal, elaboró una lista de unos 80 funcionarios e investigadores considerados negligentes en las investigaciones de los feminicidios. En esta lista aparecía como posible fuente una persona que ya había sido señalada en una investigación federal a mediados de la década de 1990, que descubrió que varios funcionarios de la Procuraduría del Estado de Chihuahua estaban implicados en orgías, en las cuales las jóvenes que se habían dado por desaparecidas se les encontraba muertas. Según ese mismo informe, los funcionarios no eran responsables de los crímenes, sino que únicamente organizaban y planeaban las fiestas a las que eran llevadas las jóvenes. En 1999, se hizo otra investigación federal de la que las autoridades concluyeron que destacados hombres de Ciudad Juárez, conocidos como los Juniors, estaban involucrados en algunos de los asesinatos de mujeres. Se llegaba a afirmar que los crímenes eran una forma de protesta en contra del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, con los que estos hombres “respetables” pretendían presionar al gobierno para obtener determinadas concesiones (ibídem, páginas 209, 210).

En los últimos años, las dimensiones de los feminicidios de Ciudad Juárez han alcanzado tal proporción que se ha producido una fuerte colaboración entre México y Estados Unidos a fin de resolver estos asesinatos. Se ha elaborado una serie de expedientes, por parte de funcionarios de ambos países, en la que se mencionan a personajes destacados que pueden tener acceso a información muy importante para el esclarecimiento de estos feminicidios. Algunos de los apellidos de las personas que aparecerían en esos archivos son: Molinar, Sotelo, Hank, Rivera, Fernández, Zaragoza, Cabada, Fuentes, Hernández, Urbina, Cano, Martínez, Domínguez, etcétera. Sin embargo, más allá de todos los datos y los nexos causales, la única certeza es que mientras con la administración de Francisco Barrio Terrazas el cártel de Juárez se hacía cada vez más rico y poderoso, las mujeres empezaban a desaparecer y a ser asesinadas (ibídem, página 218).

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