La sostenibilidad del desarrollo hoy más que nunca, ha de ser un concepto operativo que debe concretarse en decisiones políticas y prácticas socioeconómicas racionales y bien orientadas. Por ello, precisamos contar con indicadores que nos orienten sobre la evolución de los procesos de sostenibilidad, especialmente en un contexto de crisis.
La actual crisis sistémica en la que nos encontramos inmersos refuerza aún más la necesidad de elaborar informes que analicen con “la mejor información disponible” si estamos progresando o retrocediendo en sentar las bases para un verdadero desarrollo sostenible.
En consecuencia, cada vez se hace más necesario avanzar en los sistemas de indicadores desde una perspectiva multidisciplinar para ir mucho más allá de los indicadores convencionales, de los que el PIB es centro de referencia, que tengan por objeto proporcionar información exhaustiva para informar al público y a los responsables de la toma de decisiones de los logros, desviaciones o fallos en la consecución de procesos de desarrollo más sostenibles. El predominio de los indicadores económicos se hace más patente en situaciones recesivas, pero cada vez se hace más necesario considerar adecuadamente los aspectos ambientales, sociales e institucionales del progreso del bienestar, tal y como se plantea desde la nueva lógica de la sostenibilidad.
La Evaluación Integrada del informe, pretende ser algo más que el resumen de los principales bloques de indicadores, en la medida en que aspira a integrar la información de forma estructurada, con una visión global, tratando de poner de manifiesto algunas consideraciones sobre las interrelaciones de los procesos que vayan más allá de lo que exponen los propios indicadores.
Los indicadores del Informe Sostenibilidad en España, 2010 que se presentan de forma resumida en esta Evaluación Integrada se sitúan en el marco de diferentes estrategias europeas y españolas y son herramientas que contribuyen a su seguimiento. En concreto, la Estrategia Europea de Desarrollo Sostenible (UE-EDS), la Estrategia Española de Desarrollo Sostenible (EEDS), la Ley de Economía Sostenible (LES) y la nueva estrategia Europa 2020 de la Unión Europea.
Tratando de dar una visión panorámica de la situación que refleja el informe Sostenibilidad en España 2010, se puede decir que la crisis económica enmarca el contexto en el que se describen y analizan los resultados del presente informe, aunque los últimos datos económicos pueden anunciar el inicio de la recuperación en 2010.
En este contexto, las presiones ambientales siguen disminuyendo por estar acopladas, en gran parte, a la evolución del PIB, pero mostrando mejoras en el ámbito de la sostenibilidad ambiental, en parte también debido a mejoras de la eficiencia productiva y a una mejor eficacia de las políticas ambientales.
Sin embargo, el deterioro económico está reflejando una crisis social anterior a la crisis económica, pero apenas visible tras los datos de un crecimiento rápido y frágil que ahora se manifiesta con contundencia en las cifras del paro y la degradación de las condiciones laborales de una gran mayoría de la población.
El camino hacia la sostenibilidad con una economía baja en carbono no puede posponerse alegando otras prioridades para salir de la actual recesión económica. La crisis puede, y debe, verse también como una oportunidad para cambiar el modelo productivo implantando procesos ecoeficientes, competitivos y sostenibles.[…]
(…) En la figura 15.3 se representa la contribución de cada CA a las emisiones de GEI en España y se compara con su contribución al PIB. Entre las CCAA cuya contribución a las emisiones es mayor que la del PIB en 2009 destacan Principado de Asturias, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Galicia. Por el contrario, Madrid, Cataluña y Comunidad Valenciana son las CCAA con mayor contribución al PIB en relación con su contribución al total de emisiones de GEI. Cuando se comparan estos resultados con los de producción y consumo de energía eléctrica (ver indicador 14.7), se observa que las CCAA que emiten menos en relación con su PIB se caracterizan por ser las que más energía eléctrica consumen en relación con la que producen, siendo además las que cuentan con un mayor número de empresas registradas. Por el contrario, las CCAA que contribuyen en mayor medida a las emisiones que al PIB, son las que más energía eléctrica producen. (…)