Los homicidios de mujeres en Ciudad Juárez, México se han convertido en un foco de atención internacional en los últimos años debido en buena parte a la movilización de una serie de organizaciones locales que han sido capaces de concitar el apoyo de organizaciones y redes de derechos humanos, feministas y de solidaridad. Entre 1993 y 2005 fueron asesinadas en aquella ciudad fronteriza al menos 379 mujeres,1 y desaparecieron no menos de 47 según fuentes oficiales, de las que 34 continuarían desaparecidas según las mismas fuentes. Sin embargo, como afirma Mariclaire Acosta (2005, 2) nadie sabe con exactitud cuántas mujeres han sido asesinadas o han desaparecido en Juárez. Según la misma autora, entre 90 y 137 de estos crímenes incluyó el secuestro, violación y tortura de las víctimas por parte de asesinos seriales.
La respuesta ante la magnitud del feminicidio en la ciudad por parte de las autoridades locales y estatales en los primeros años se mostró lenta e ineficaz. Las demoras en las investigaciones iniciales, la negligencia en la recolección de evidencias y la falta de sensibilidad ante la incertidumbre y el dolor de los familiares de las víctimas fueron casi una constante en la actitud de las agencias policiales y del ministerio público chihuahuense. A ello se añade la impunidad de la mayor parte de los asesinatos cometidos. Apenas una docena de supuestos responsables de veintidós de los crímenes se hallaban en prisión doce años después de que la situación fuera denunciada por las organizaciones de la sociedad civil. […] Por Alberto Martín, Ana Fernández y Karla Villarreal