Resulta una paradoja que una nación de inmigrantes cierre la puerta a la inmigración y vaya a contracorriente de integrarse, sobre todo cuando la globalización implicaría el acercamiento de los pueblos más allá de la economía. En el proceso de negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), Estados Unidos canceló la posibilidad de plantear un proceso de integración como el del modelo europeo (Rodríguez, 2008) y una agendamigratoria entre los tres países signatarios.
La cuestión migratoria, no obstante su complejidad y relevancia multilateral, se ha convertido en un tema unilateral, Estados Unidos piensa que sus vecinos deben ajustarse a su visión y necesidades en lo que respecta a este tema. Pero, hasta ahora, han fallado los intentos bilaterales para lograr acuerdos porque la ausencia de bilateralidad real imposibilita el diálogo. Y mientras Canadá intenta atraer a profesionistas jóvenes con recursos económicos básicos para establecerse en el país y a mano de obra poco calificada, es decir, trabajadores para estancias temporales, Estados Unidos tiene asignadas visas para profesionistas (65 mil anuales H1B que se agotan en unmes y las Treaty Nafta [TN] para sesenta profesiones), además de treinta mil visas temporales para trabajadores agrícolas (H2A) que no deben llevar hacia la residencia permanente. Se comenta mucho, aunque no hay evidencias, de cierto manejo informal de flujos inmigratorios que permiten la […] Por Samuel Schmidt