Los bancos alemanes asumieron unos riesgos que ahora tenemos que pagar los de la periferia. Nuestros máximos acreedores, bueno, los de los bancos, son, por tanto, la Alemania de Merkel, Francia, y Reino Unido. Los tres estados los tenemos como socios, que no amigos, comunitarios; la Pérfida pasó del tinglado de la UME (Unión Monetaria Europea), por lo que no deja de presionar para que se “rescate” a nuestro país por parte de la Eurozona; de esta manera, piensa, inocentemente, se asegura el cobro de la deuda. Claro, antes se encuentran germanos y galos.
Pero, ¿cuál es la deuda púbica española, a cuánto asciende? ¿Qué es la Deuda Pública? La presión leonina de los llamados “mercados” comenzó a darse en el año 2010. Desde entonces, estamos, según acuerdo no escrito, bajo epicontrol económico, comenzamos a perder soberanía; o cumplíamos con nuestra parte del trato o nuestra prima de riesgo se vería resentida. En síntesis, ésta era y es la amenaza, llevada a término bajo la bendición del Banco Central Europeo (BCE). El diferencial de deuda (prima de riesgo) es el sobreprecio que paga un país para financiarse en los “mercados”, en comparación con otros países, e indica la confianza que inspira en los inversores, conforme a la solidez de la economía del sujeto país. La UME toma como referencia lo caro que le resulta financiarse a Alemania. Actualmente, casi que le sale de gañote.
Sin embargo, qué curioso, en el año 2010, del montante al que ascendía lo debido, desde España, a los bancos –alemanes, franceses e ingleses, sobre todo-, suponía el 16.5% del total; el doble, la de los bancos -privada, también, pero en el nicho bancario (32%)-; y la privada, propiamente dicha, totalmente descontrolada: 21 % de las familias (hipotecas); de las empresas, el 30,5%. El 83,5% del total de la deuda corresponde a la privada, dos tercios de la cual vienen desde la banca y las empresas. ¡Dos tercios del subtotal deuda privada (83,5%) corresponden a EMPRESAS y a BANCA!
¿Por qué se da la deuda pública existente a la sazón? Dos causas nucleares: el carácter profundamente regresivo del sistema fiscal, con reducciones continuas y sustanciales de impuestos a los más ricos, con una bolsa de fraude fiscal en constante y fuerte aumento; sólo durante 2010 las grandes fortunas y grandes empresas españolas evadieron un mínimo de 42.771 millones de euros (GESTHA). Lo que se dejaba de ingresar, se sustituía por endeudamiento público, cosa que ha llevado a una desgraciada ironía: lo que ahorraban en impuestos, la banca y los ricos, ¡¡lo utilizaban para comprar deuda pública!! Lo que no deja de tener cojones, ¿verdad?
Por otro lado, la corrupción imperante en la casta política; en las obras del AVE se han gastado y comprometido cincuenta mil millones de euros (8.3 billones de pesetas). Contamos con más kilómetros de alta velocidad que Japón, Francia o Alemania, y sumando. Ni la línea Madrid-Barcelona es viable económicamente. Claro, entran en juego los intereses de las grandes constructoras, los suministradores alemanes y franceses y la corrupción política desbocada.
Somos el tercer país del mundo en “carreteras de alta capacidad”, tras USA y China y muy por delante de Alemania, Francia o Gran Bretaña. En el aeropuerto de Ciudad Real, cerrado al poco tiempo de ponerse en marcha su explotación comercial, se “invirtieron” 1000 millones (¡¡ciento sesenta y seis mil millones de pesetas!!). En el de Castellón -el primero con carácter peatonal del mundo- se dilapiraron 151 (¡¡Veinticinco mil millones de pesetas!!)
5.000 millones (¡¡Ochocientos treinta mil millones de pesetas!!) en autopistas de peaje innecesarias, como las que rodean Madrid, entregadas en concesión a las grandes constructoras y con pérdidas a cargo del Estado.
El gasto en armamento militar, comprometido de forma oculta, se va pagando con anticipos del ministerio de Industria. El Secretario de Estado de Defensa reconoció en julio de 2011 que hay una deuda de 27.000 millones, que se eleva a 35.000 si contamos intereses.
Gastos parasitarios: ocupan un lugar particular las subvenciones y los privilegios fiscales a/de la Iglesia Católica, que superan los 6.000 millones anuales, más las exenciones tributarias (en total, aproximadamente, trece mil millones de euros [¡¡dos billones ciento sesenta y seis mil millones de pesetas!!]).
Con todo y con esto, desde el año1998 hasta el 2008, inclusive, la deuda pública no dejó de descender: del 64,10% del Producto Interior Bruto (PIB), al 39,80%; en el 2011, se llegó al 68,50% (http://www.datosmacro.com/deuda/espana). Claro, ¿con qué nos encontramos en la Zona Euro? Tres ejemplos bastarán, en los que se indican d.p./PIB de los años 1998 y 2011:
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Francia: 58,90 – 82,30 (http://www.datosmacro.com/deuda/francia)
- Bélgica: 113,70 – 98 (http://www.datosmacro.com/deuda/belgica)
- ALEMANIA: 60,30 – 81,20 (http://www.datosmacro.com/deuda/alemania)
La cuestión es: resultando obvio, como resulta, que nuestro endeudamiento público no sólo no era ni es alarmante, sino que se encuentra por debajo del dado en estados de mayor relevancia; si, v. gr., España repite el superávit comercial con la UE (http://www.cincodias.com/articulo/economia/espana-repite-superavit-comercial-ue/20120620cdscdseco_9/); si en exportaciones de bienes superamos a Alemania:
… En fin, si se manifiestan estos presupuestos, más otros, relativos al ámbito macroeconómico español, ¿por qué estamos con el agua hasta cuello, esperando que la “dama de hierro” germana considere oportuno lo contrario?
El dinero se mueve de unos países a otros ante la posibilidad, por lejana que pueda parecer a los políticos, de que algún país tenga que abandonar la Eurozona. El gráfico muestra la evolución de los depósitos de los bancos extranjeros en Alemania, ahora mismo por encima de 425.000 millones de euros. Los datos proceden del Bundesbank, a finales de mayo de este año:
El incremento en los últimos cinco meses es del 54%. La banca alemana, con esta crisis, literalmente, se está haciendo de oro. Normal que los tungros no deseen, ni de lejos, ponerle fin. Se están forrando. Si añadimos los intereses por deuda soberana vendida…; nos están sorbiendo hasta las entrañas.
En el mes de marzo, salieron de España 67.000 millones de capital extranjero; la fuga supera los niveles de la producida tras la quiebra de Lehman Bros. En los últimos 17 meses, hasta febrero, la salida acumulada de capital español hacia el extranjero ha superado en términos netos los 13.000 millones, equivalentes al 1,2% del PIB. El “vuelo hacia la felicidad” tiene como más importante destinatario al Estado alemán.
Empero, ¿será el bono alemán la próxima burbuja? “Una condición imprescindible para los activos refugio es que lo sean efectivamente, que cumplan su función. Pero el puerto seguro por excelencia de la eurozona, el bono alemán, puede acabar muriendo de éxito y cubrir de pérdidas a los que confiaron en él.” Alemania ha llegado a financiarse a tipos de interés negativos en las a letras corto plazo. Mientras, la rentabilidad de sus bonos a 10 años llegó a situarse por debajo del 1,2% el 1 de junio. Un precio de risa. El centro de Europa, al contrario que la periferia sur, tiene cada día más imán (http://www.cincodias.com/articulo/mercados/bono-aleman-proxima-burbuja/20120613cdscdsmer_17/#?id_externo_rsoc=Facebook) .
Y eso lleva consigo su riesgo, cuanto menor sea el interés, mayor será el precio. Desde hace dos años, los inversores han huido en masa al bono alemán y los precios se han disparado. ¿Es sostenible? Lo bueno de la deuda soberana es que, si se aguanta a vencimiento, la recuperación de lo invertido está garantizada. El riesgo lo sufre quien quiera su dinero a medio camino. Si el activo está sobrevalorado, cualquier cambio de tendencia puede reventarlo. ¿Hay riesgo de que eso sea así?
Pimco, la mayor gestora de renta fija del mundo, ha comenzado a alertar del riesgo de que se haya creado una burbuja con la deuda alemana. No sólo eso: ha empezado a vender para reducir su exposición.