Marx no cesó de señalar el carácter social de los procesos económicos y el carácter privado de sus rendimientos. Dicho de forma muy sencilla: en todo lo que ocurre de grandioso en el mundo son siempre muchos los que trabajan, pero al final terminan aprovechándose sólo unos pocos. Hoy día la vida de masas se manifiesta en muchos fenómenos sociales, pero su aprovechamiento, sus mayores rendimientos, sigue teniendo un carácter privado. Demos un primer dato sobre el Mundial de Fútbol de Alemania 2006: la audiencia acumulada al finalizar el torneo ascenderá a 33.000 millones de telespectadores. Se destaca así de forma abrumadora el carácter eminentemente social de este evento. Demos ahora un segundo dato: La FIFA ingresará 1.800 millones de dólares procedentes de proveedores y de derechos de televisión. Se destaca ahora, por el contrario, el carácter privado del aprovechamiento de sus resultados. Esto es un hecho que caracteriza la esencia del capitalismo: algo sucede por obra de los muchos, pero son unos pocos quienes se aprovechan y de modo desproporcionado.
Por Francisco Umpiérrez Sánchez